TÉCNICAS PARA LA GENERACIÓN DE IDEAS
El pensamiento lateral, instrumentos y
técnicas
El término pensamiento lateral fue propuesto para representar todos esos
caminos alternativos que no estamos acostumbrados a usar. Es un sistema de
pensamiento definido por Edward de Bono en 1969 (Universidad de Oxford), para
resolución de problemas, que fue considerado como método creativo porque de él
se derivan varias técnicas asociadas tales como: Los seis sombreros para
pensar, la pausa creativa, el foco, el cuestionamiento, el abanico de
conceptos, la aportación del azar o la provocación. Podemos aprender mucho de
cada una de estas técnicas en el libro de Bono: “El pensamiento creativo.
El poder del pensamiento lateral para la creación de nuevas ideas” (1994).

El pensamiento lateral se opone
radicalmente al pensamiento vertical o lógico. El pensamiento vertical es
muy determinista y selectivo, ya que parte únicamente de los conceptos o de las
ideas lógicas. Se mueve sólo si hay una dirección o una pauta pre-establecida
en la que moverse. En realidad, es un tipo de pensamiento analítico que se basa
en la secuencia de ideas más lógicas.
Por el contrario, el pensamiento lateral pretende encontrar conclusiones
sorprendentes y alternativas, aunque desde la efectividad pragmática de
la resolución del problema, evitando así pasar por todas las secuencias lógicas
más habituales. Por ello, se le considera más provocativo y generador de ideas
nuevas o diferentes al no responder a un pensamiento lineal, ni secuencial, ni
lógico. Estas características obligan a cuestionarse las premisas conocidas. Se
origina en una dinámica de la continua creación de ideas. Genera cascadas de
ideas que se fundamentan en la movilidad del proceso creativo estándar.
El pensamiento lateral provoca cambios de ideas mediante la reordenación de las
pautas clásicas establecidas.
El foco
El foco. Usted está bebiendo en una copa. Entonces, pone el foco en el
borde del recipiente. ¿Podría tener otra forma? ¿Podríamos inventar un borde
desechable para aumentar la higiene? Usted está haciendo cola en el aeropuerto
y concentra su atención en la fila de personas. ¿Se podría utilizar ese tiempo
para que la gente se informe o se entretenga? Quizá podríamos volver a producir
películas “mudas”, para pasarlas en lugares donde no se puede añadir más ruido.
El foco consiste en centrar la atención en un aspecto que se utiliza como base
para generar nuevas ideas.
Sin embargo, el “foco simple” tiene valor como ejercicio aunque no se
intente desarrollar ideas dentro de esa área de foco. El mero ejercicio de
escoger áreas de enfoque inusuales tiene gran valor y sirve como referencia
para trabajar la creatividad en ese foco con posterioridad. Por tanto, este
ejercicio puede convertirse en hábito aunque no se lleven a cabo acciones
creativas concretas. Con el tiempo, una persona puede resultar muy eficiente
para la localización de puntos focales. Una vez establecido el hábito es
posible la aplicación del pensamiento creativo formal al foco elegido. De
hecho, para empezar tal vez sea mejor desarrollar este hábito de elegir puntos
focales como fines en sí mismos, sin la intención de generar ideas. El intento
de producir ideas puede resultar decepcionante y frustrar el establecimiento
del hábito.
El cuestionamiento
El “cuestionamiento creativo” es algo muy particular. ¿Por qué esto se
hace de este modo? ¿Por qué hay que hacerlo así? ¿Existen otras maneras? Lo
primero que debemos tener claro es que el cuestionamiento creativo difiere
totalmente del cuestionamiento crítico. El cuestionamiento crítico trata de
evaluar si el modo actual de hacer algo es correcto. El cuestionamiento
creativo, en cambio, opera sin intención de juzgar. Es un incentivo para lograr
la “singularidad”. Casi siempre se da por sentado que la manera presente de
trabajar debe de ser la mejor, por diversas razones. Existe una especie de
acuerdo tácito de que, mientras no se demuestre lo contrario, la actual manera
de hacer las cosas es la mejor posible. El cuestionamiento creativo pone esto
en duda sin atacarlo. Sencillamente busca la posibilidad de una alternativa a
lo existente haciéndose preguntas.
El cuestionamiento creativo supone que, el modo actual, aunque esté en
vigencia por razones diversas, es solo uno entre varios. Habitualmente el
cuestionamiento creativo se expresa por medio de la pregunta “¿por qué?”. ¿Por
qué los platos son redondos? Porque antiguamente se fabricaban en un torno de
ceramista que producía objetos redondos. Porque la gente está acostumbrada a
usar platos redondos. Porque es más fácil colocarlos en la mesa, ya que no
importa la forma como se coloquen. Al preguntar “¿por qué?” no solo buscamos
una explicación, sino que estamos preguntando también por qué la manera actual
debe de ser la única.
El abanico de conceptos
Supongamos que quiere colocar algo en el techo de una habitación. La
solución es simple: necesita una escalera. Pero no la consigue. ¿Qué hará? Una
escalera es solo una manera de “elevarme sobre el suelo”. Este es el concepto
que se convierte en el punto fijo. Las alternativas posibles incluyen subirme a
una mesa o que alguien me sostenga en alto. Pero “elevarme sobre el nivel del
suelo” es solo una manera de “reducir la distancia entre el objeto y el techo”.
Este es otro concepto que se convierte en el nuevo punto fijo y nos dedicamos a
buscar alternativas a partir de él. Una de ellas consiste en “alargar mi
brazo”, que en sí mismo es otro concepto que puede realizarse “usando un palo”.
En este ejemplo podemos comprobar cómo pasamos de una idea (la escalera) a un
concepto que se convierte en el punto fijo para otras ideas. Pero, al mismo
tiempo, vamos creando conceptos nuevos que se convierten en el punto fijo para
ideas alternativas. Este proceso se denomina “abanico de conceptos”.
Los tres niveles del abanico de conceptos son los siguientes:
1) Direcciones: son conceptos o enfoques muy amplios; el más
amplio que uno puede concebir se convierte en la dirección.
2) Conceptos: son los métodos generales de hacer algo.
3) Ideas: son las maneras concretas y específicas de poner en práctica
un concepto.
Una idea debe ser específica; debe ser posible su puesta en práctica
directamente. Podemos utilizar la siguiente analogía: si uno se dirige al
norte, esa es su “dirección”. Hay muchas rutas que van hacia el norte. Estas
son las maneras; por lo tanto, son los “conceptos”. Pero uno tiene que hacer
algo específico para viajar por una de esas rutas (viajar en automóvil,
caminar...). Esa acción específica es la “idea”. A algunas personas les
desconcierta que establezcamos una diferencia entre “conceptos” y
“direcciones”, ya que la diferencia es relativa. Una “dirección” consiste
simplemente en el concepto más amplio que uno puede concebir. Si después
pensamos en un concepto aún más amplio, este se convierte en la dirección.
Provocación
La provocación es una especie de experimento mental. Muchas ideas nuevas
surgen por azar, accidente, error o “locura”. Estos hechos producen una
discontinuidad que nos obliga a rebasar los límites actuales de lo “razonable”
establecidos por nuestra experiencia. La provocación deliberada es un método
sistemático que puede producir los mismos efectos. No tenemos que esperar el
cambio, el accidente o el error. Podemos ser temporalmente “locos”, solo
durante treinta segundos cada vez, y controlar la situación. Podemos
conectarnos y desconectarnos de la locura a nuestro arbitrio. Por eso la
provocación es un aspecto tan fundamental del pensamiento lateral y de la
creatividad en general.
La provocación consiste en lanzar una frase que a priori puede parecer
completamente imposible. Anteponemos a la frase la palabra provocación para
indicar que se trata de una provocación. Por ejemplo: “Provocación, los
automóviles tienen ruedas cuadradas”. Esta afirmación que parece, a primera
vista, ilógica e incluso alocada, nos permite pasar del sistema de pautas
principal o establecido al desvío. La finalidad de la provocación es
precisamente desviarnos del recorrido habitual del pensamiento. A partir de la
provocación avanzamos hasta encontrar un nuevo punto que, retrospectivamente,
parece ventajoso. Lo que verdaderamente importa es el modo de salir del camino
establecido.
Movimiento
El movimiento es una operación mental extremadamente importante.
Es fundamental para la creatividad. Es casi imposible ser creativo sin tener
destreza en el “movimiento”. No es una parte normal de nuestro comportamiento
de pensamiento, excepto quizás en la poesía. En la lírica nos desplazamos desde
las imágenes y las metáforas hacia los significados y los sentimientos.
Se considera al movimiento un fin de pasar de una idea útil a una
provocación o a un concepto conveniente. Sin movimientos no tiene sentido
utilizar la provocación.
Podemos decir que el “movimiento” significa la disposición para
desplazarse de una manera positiva e indagadora, en vez de detenerse a juzgar
si algo es correcto o erróneo. En la creatividad lo que nos interesa es
conseguir ideas prácticas, válidas y útiles. La diferencia Consiste en que la
creatividad acepta Muchas Maneras de Alcanzar ese objetivo.
Una de las técnicas más poderosas del movimiento es la técnica de
“minuto a minuto”. En ella imaginamos la provocación hecha realidad, aunque
ello signifique entregarnos a la fantasía. Visualizamos lo que sucedería minuto
a minuto. No nos interesa el resultado final, sino la observación de los
acontecimientos que se van produciendo. Luego, a partir de esta observación,
tratamos de desarrollar un concepto o una idea interesantes. Veámoslo con un
ejemplo:
Provocación, los automóviles tienen ruedas cuadradas. Imaginamos un
automóvil con ruedas cuadradas. La rueda cuadrada se levantaría en cada ángulo.
Esto produciría un desplazamiento brusco. Pero la suspensión podría anticiparse
a la elevación y compensarla. Esto nos lleva al concepto de la adaptación de la
suspensión. Y, a su vez, a la idea de un vehículo para transitar por terrenos
accidentados. Una rueda accesoria le indicaría el estado del terreno a la
suspensión, que se adaptaría para que la rueda se levantara para seguir el “perfil”
del terreno. De este modo el coche, en vez de avanzar bruscamente se deslizaría
con suavidad. Sugerí esta idea por primera vez hace unos veinte años.
Actualmente, varias compañías, como la Lotus (parte de GM), están desarrollando
una “suspensión inteligente” que se comporta de una manera muy similar.
Referencias
- Leader
Summaries, https://www.leadersummaries.com/ver-resumen/el-pensamiento-creativo